28-08-2013
El consejo directivo de Cordineu objetó las áreas de acceso restringido que planteó la fuerza de seguridad, a la que el año pasado se le asignaron cerca de 10 hectáreas a cambio de vigilar el lugar. Otro problema es que el terreno queda en medio de la reserva ecológica que se planificó para el sector.
Neuquén > El directorio de Cordineu rechazó los planos de obra que presentó Prefectura para construir su edificio y un muelle en la Isla 132. Según se interpretó, el proyecto no respeta las condiciones de construcción fijadas para el lugar, que es una zona especial dentro del Plan Urbano Ambiental de la ciudad.
Los representantes de la corporación que comanda el proyecto Paseo de la Costa y de la fuerza de seguridad se reunirán hoy para intentar resolver el problema. Desde Cordineu se exigirá que se respeten los espacios públicos y que no se impongan zonas de restricción por ningún motivo, como estaba contemplado en el proyecto que se rechazó la semana pasada. En lo técnico, esto tiene que ver con las zonas de retiro y los espacios públicos previstos en la ordenanza que rige las construcciones en la isla.
Pero además de este problema, que se resolvería con alguna modificación en los planos, desde el directorio se observó que los dos predios que el año pasado se entregaron a cambio de la vigilancia sin costo de la isla están dentro de la zona en la que está previsto desarrollar una reserva ecológica.
Límites
El sector en conflicto está demarcado por la costa del Arroyo Durán, el río Limay y el brazo que recorre el balneario Municipal. Allí, Prefectura obtuvo a mediados del año pasado dos predios: uno de aproximadamente 7.000 m2, donde proyectó construir un edificio sobre una superficie de 1.500 m2; y otro de 3.000 m2 sobre la costa del río, para instalar un muelle.
Desde Prefectura argumentan que, sobre ambos lotes y por una cuestión de seguridad, debe tener una zona de exclusión, lo que obliga a restringir el uso público del sector.
Los terrenos están dentro de una fracción mayor, de unas 8,5 hectáreas, que apenas el Municipio asumió en la presidencia de la corporación -que es rotativa entre los integrantes de la comuna y del gobierno provincial- planificó destinar a una reserva ecológica. Además, el proyecto contempla recuperar parte de la flora perdida en los últimos años y construir un sendero o bicisenda. Desde la corporación se interpretó que cualquiera de estas opciones, en caso de imponerse una zona de seguridad, sería inviable, por lo que la semana pasada devolvió los planos y convocó a las autoridades de Prefectura para llegar a un acuerdo.
Deliberante
A diferencia de lo que ocurre con las zonas de retiro de los edificios, para modificar el destino de las tierras sería necesaria la intervención del Concejo Deliberante, ya que fue este cuerpo el que el año pasado cedió las tierras a Prefectura.
«Se observó que la implantación del predio podría llegar a tener consecuencias respecto del paso de los vecinos sobre la costa del río Limay y del brazo que pasa por los clubes. Esto requiere de una charla para ponernos de acuerdo», planteó Marcelo Bermúdez, quien como funcionario municipal integra el directorio de Cordineu y, este año, la presidencia.
El mismo Bermúdez planteó la situación, la semana pasada, en la Comisión de Obras Públicas del Deliberante, a la que asistió para resolver la situación de un colegio secundario que reclamaba comprar un terreno municipal. Desde ese momento ingresó a la agenda del Concejo, que este año marcó el camino sobre qué hacer frente a este tipo de situaciones. Fue cuando ante un conflicto entre dos sectores, los concejales decidieron revocar la cesión de un terreno que el año anterior habían entregado a una iglesia evangélica.
La Isla 132 comenzó a utilizarse en forma masiva desde que existe el Paseo de la Costa y son miles las personas que, sobre todo en verano, utilizan el lugar en forma recreativa.